Un día como hoy...

AC/DC sufre el mayor revés en su carrera.

La historia de los australianos de adopción, hasta aquel momento, había sido una ascensión en toda regla hacia cotas casi inimaginables por ninguno de los músicos involucrados. Seis discos de estudio, High voltage (1974), T.N.T (1975), Dirty deeds done dirt cheap (1976), Let there be rock (1977), Powerage (1978) y Highway to hell (1979), más un directo, el imprescindible If you want blood (you’ve got it), les llevaron a unas ventas millonarias.

Ronald Belford Scott (Kirriemuir, Escocia, 1946) era el cantante que necesitaba la banda desde su nacimiento. Su entrada en el grupo, tras su paso por The Spektors, The Valentines y Fraternity, fue lo mejor que pudo haber hecho la banda. Ronald, más conocido mundialmente como Bon Scott, con esa actitud chulesca, descarada y bravucona en escena y esas letras de poeta callejero, hizo de la banda algo sensacional.

Aquella noche, la del 19 de febrero de 1980, hace hoy 29 años, Bon se dirigió al Music Machine en Candem, el mítico barrio londinense, que aún a día de hoy sigue siendo fabuloso, a un concierto de Lonesome No More, banda en la cual por aquel entonces un jovencísimo Billy Duffy se encargaba de la guitarra. A altas horas de la madrugada, su amigo Alistair Kinear, se ofreció a llevarle a casa. Durante el trayecto, hacia el piso de Bon, en el barrio de Victoria, este se quedó dormido. Algo normal, después de haber estado bebiendo durante toda la noche. Al llegar a su destino, Alistair no pudo ni sacarlo de su coche, así que decidió llevárselo a su propia casa. Tras llegar a su destino final, y no poder sacarlo del coche, decidió dejarlo dormir en él. 15 horas después, encontró a Bon en estado inconsciente, así que decidió llevarlo al Kings College hospital. La pesadilla se convirtió en realidad, Bon estaba muerto. Con 33 años. La causa certificada de su muerte fue: intoxicación etílica con muerte accidental, aunque la tradición y el mito, dice que se ahogó con su propio vómito.

Bon fue incinerado y sus cenizas enterradas en el cementerio de Fremantle. Su tumba se ha convertido en uno de los iconos culturales de Australia. 26 años después de la muerte del cantante, la Nacional Trust of Australia, incluyó la tumba en la lista de los lugares certificados como patrimonio del país.

Anecdótica queda la película australiana Thunderstruck, que cuenta la historia de cinco fans de la banda que viajan en peregrinación hacia la tumba de Bon Scott.

Esperamos que este año,que se celebra el treinta aniversario de la edición de Highway to hell, la discográfica se digne a editar una renovada versión que incluya alguno de los viejos shows de la banda y algún tipo de material adicional. Sería un bonito detalle para con Bon.

Tras la muerte de Bon, Brian Johnson ocupó el puesto del fallecido cantante, unos meses después de la muerte de este y editando el clásico y super ventas (más de cuarenta millones de discos lo avalan), Back in black. Pero como decimos siempre, eso es otra historia...